La Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo, realizada el año pasado, reveló que en el país hay 634,333 desempleados, que equivale al 16.1% de la población económica activa, aunque la tasa real de desempleo ronda el 20%
Por Santiago Estrella Veloz y Lauterio Vargas:
El dramático caso de Elmer es típico de la desesperada situación de muchos dominicanos que afrontan casos similares como resultado del desempleo.
Elmer, casado y con tres hijos, perdió su empleo al terminar la obra en la que trabajaba. Con el poco dinero de su liquidación saldó sus principales deudas. Sin embargo, su situación empeoró cuando su esposa enfermó gravemente tras padecer de un derrame cerebral.
Se vio entonces precisado a hipotecar su casita en Sabana Perdida. Pero como no tenía título de propiedad tuvo que negociar con un “prestamista” en condiciones de usura. No pudo pagar los 15 mil pesos que tomó prestado y fue conminado a desalojar la vivienda. Esto lo llevó a “arrimarse” donde unos parientes hasta que la esposa murió.El dramático caso de Elmer es típico de la desesperada situación de muchos dominicanos que afrontan casos similares como resultado del desempleo.
Elmer, casado y con tres hijos, perdió su empleo al terminar la obra en la que trabajaba. Con el poco dinero de su liquidación saldó sus principales deudas. Sin embargo, su situación empeoró cuando su esposa enfermó gravemente tras padecer de un derrame cerebral.
Elmer tuvo que apelar a la caridad pública para poder enterrar a la madre de sus hijos. Finalmente pudo conseguir trabajo como vigilante y jardinero en una casa de familia, donde gana el salario mínimo con el que trata de mantener a sus hijos y contribuir con los parientes que le acogieron.
Así como Elmer muchos dominicanos afrontan serios problemas financieros, pero que derivan en otros de tipo emocional y sicosocial por la falta de empleo y la crisis económica de los últimos tiempos.
La tasa de desempleo actual ronda el 20% de la población dominicana económicamente activa. Aunque algunos sectores generadores de empleos como las zonas francas y el turismo comienzan a recuperarse, conseguir emplearse hoy día constituye un gran dolor de cabeza. Lo primero es conseguir el empleo y lo segundo lograr un salario digno acorde a los niveles de la inflación.
La mayoría de empleados públicos y privados ganan sueldos mínimos que rondan los RD$1,800 y RD$3,000 mensuales, con los cuales sostienen un hogar integrado muchas veces por más de cinco miembros. Para este año el gobierno dispuso un aumento de un 7% al salario mínimo del sector público, lo cual, según sus cálculos, compensa la inflación registrada en el 2002. Para el sector privado se autorizó un aumento de un 8%.
El desempleo se ha agudizado este año por el cierre de empresas en diferentes áreas, entre éstas tiendas, restaurantes y empresas manufactureras, incluyendo la fábrica de pilas Rayovac que cerró su planta en el país, aunque sigue colocando su producto en el mercado.
De acuerdo a las estadísticas del Banco Central, la población en edad de trabajar (de 10 años en adelante) es de 7.1 millones, mientras que la población económicamente activa es de 3.9 millones. La Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo, realizada el año pasado, reveló que en el país hay 634,333 desempleados, que equivale al 16.1% de la población económica activa.
UNA POSICIÓN “ENVIDIABLE”
El secretario de Trabajo, Milton Ray Guevara, destaca que a pesar de las dificultades económicas a nivel mundial “la República Dominicana tiene una posición envidiable en lo relativo al trabajo, porque de una manera casi imperceptible hemos estado construyendo a partir del año 1985 una nueva cultura laboral sustentada en privilegiar el diálogo y la concertación para evitar enfrentamientos estériles”.
En los últimos tres años en el país no se han perdido tres horas de trabajo por causa de huelgas o paros, exceptuando a los sectores profesionales, que no encuentran regidos por el Código de Trabajo, como son la Asociación Médica Dominicana (AMD) y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP).
Al margen de la crisis, el Día Internacional del Trabajo, que se celebra este primero de mayo, encuentra al sector laboral de la República Dominicana inmerso en un proceso armónico entre el Consejo Nacional de Unidad Sindical con el sector empresarial y las autoridades de la Secretaría de Estado de Trabajo.
Pero no se registra la formación de nuevos sindicatos y con ello se reducen las posibilidades de presionar para obtener mejores condiciones laborales y de salario.
El Comité Nacional de Salario ni siquiera se menciona, aunque el año pasado emitió tres resoluciones en las que aumentó en un 40% el salario mínimo para los trabajadores a destajo de albañilería, 15% al salario mínimo de la industria azucarera y 35% para el salario mínimo de los pintores a destajo en el sector de la construcción.
La crisis es atribuida a los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, cuyo hecho produjo una disminución de las zonas francas y mermó el turismo, pero las autoridades gubernamentales y los sectores laborales aseguran que el ritmo de las actividades se ha ido recuperando.
Otro factor que ha incrementado el desempleo es la guerra de los Estados Unidos contra Irak, lo cual ha provocado un ambiente de inestabilidad en los precios del petróleo y sus derivados, así como una incertidumbre de la economía a nivel mundial.
Incluso en los Estados Unidos el desempleo es de más de un 5% a nivel general, mientras que de cada cien latinos residentes allá siete están desempleados.
Paralelamente a esa situación, y como una forma de mejorar las condiciones profesionales de los trabajadores, las autoridades de la Secretaría de Trabajo implementan al menos siete proyectos destinados a capacitar a los jóvenes e insertarlos en el campo laboral.
Entre esos proyectos se destaca el Programa de Capacitación y Modernización Laboral (Juventud y Empleo), iniciado el año pasado, que busca capacitar e insertar en el mercado laboral a 37,500 jóvenes de todo el país. Así como la formulación y puesta en ejecución del Plan Dominicano de Formación Profesional y el Programa Jóvenes de Primer Empleo.
Al margen de las pocas ofertas de empleos se dan los casos de rechazo de trabajadores porque son mayores de 35 años.
Uno de los principales requisitos de las empresas con vacantes disponibles es que el solicitante tenga entre 25 y 35 años de edad. Esta situación se ha discutido en la Secretaría de Trabajo y es vista, incluso, como una discriminación.
“A veces las empresas quieren tener un personal joven que pueda tener una proyección de permanencia en el tiempo en sus funciones”, justifican las autoridades. Pero entienden que esto no significa una discriminación hacia las personas mayores de 35 años.
LA CRISIS
Aunque las autoridades gubernamentales establecen una tasa de desempleo de un 16.1%, la tasa real anda entre el 18% y 20%, pero la situación de los trabajadores se agrava porque una gran mayoría de la población vive en extrema pobreza. Gabriel del Río Doñé, presidente de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) y miembro del Comité Nacional de Salario, asegura que “el desempleo ha ido aumentando en vez de disminuir por un problema de presión internacional y por las pocas inversiones de las empresas extranjeras”.
Además señala que el incremento de los intereses bancarios y la prima del dólar está empobreciendo cada día más a la población laboral, ya que, según explicó, el alza del dólar afecta directamente a las empresas y provoca despidos masivos de trabajadores para compensar la pérdida que genera la constante alza de la moneda norteamericana.
“La situación de los trabajadores es crítica y preocupante, y si el Gobierno no toma medidas para frenar el alza del dólar vamos a tener una crisis explosiva. Podríamos tener una explosión porque la pobreza se está aumentando, el poder adquisitivo de los trabajadores se está disminuyendo, no hay aumento de salario, no se han mejorado los salarios en forma eficiente comparado con el costo de la vida, y la situación sigue agobiante, explosiva y el Gobierno tiene que intervenir para buscar una solución a esa situación”, dijo Doñé.
LIBERTAD SINDICAL
A pesar de que la libertad sindical está establecida en el Código del Trabajo, cuando en una empresa privada se habla de formar sindicatos de empleados esto es visto como si se planeara un complot contra los gerentes y propietarios, al grado de que “hay empresas que se niegan a dar empleos a trabajadores que hayan sido despedidos por pertenecer a un sindicato, sobre todo los dirigentes más conocidos”.
Muchos empresarios conservan el tabú de la libertad sindical y se oponen a la formación de sindicatos dentro de sus empresas “es el gran problema y obstáculo para el desarrollo y el crecimiento del movimiento sindical en la República Dominicana”.
Según reveló el director general de Trabajo, Washington González Nina, cada mes o cada dos meses reciben al menos un caso de empleados cancelados por pertenecer a sindicatos o pretender formar un sindicato de trabajadores en las empresas donde laboran. “Hemos recibido caso de trabajadores que intentan formar un sindicato y en ocasiones el empleador decide desahuciarlo, claro, eso es una violación al fuero sindical y nosotros inmediatamente informamos al empleador que tiene que reintegrarlo a su puesto de trabajo y si no accede a la mediación entonces lo sometemos por ante los tribunales de trabajo”, explicó González Nina. Pero la situación no es sólo preocupante para los empresarios, pues los trabajadores están más preocupados por conservar sus empleos que por organizarse dentro de las empresas.
En los últimos tres años se ha reducido el número de denuncias de despidos por intento de formar sindicatos. Los casos más frecuentes se registraron en zonas francas donde se denunciaba maltrato a los trabajadores, principalmente a las mujeres, incluyendo embarazadas. Esa reducción en los conflictos laborales se debe a que hay más deseos de concertar entre los empleados y los dueños de empresas.
EL NUEVO CÓDIGO
Según el nuevo Código de Trabajo, los empleados están protegidos y las empresas deben respetar su derecho a organizarse y formar sindicatos, aunque ello requiere de un procedimiento que se inicia con la notificación a la Secretaría de Trabajo y a la empresa de que se tiene interés y se ha formado un comité gestor para crear un sindicato.
El fuero sindical protege a 20 trabajadores cuando hay un comité gestor, los cuales no pueden ser cancelados sin causa justificada y el despido debe ser autorizado por una tribunal de Trabajo.
También se protege un máximo de 10 empleados que sean directivos del sindicato, dependiendo de la cantidad de trabajadores que haya en la empresa.
Importantes dirigentes sindicales entienden que “la libertad sindical sigue siendo un tabú para el sector empresarial” y por eso no han avanzado lo suficiente en la organización de nuevos sindicatos, porque importantes sectores empresariales se niegan y rechazan esos movimientos.
Contrario a ese criterio, Ray Guevara asegura que el número de sindicatos ha crecido y aunque reconoce que en unas épocas se confrontaron dificultades enormes en las zonas francas señaló que eso se ha ido superando progresivamente.
También aclaró que a los trabajadores no se les puede obligar a que formen un sindicato ni tampoco se les puede engañar poniéndolos a firmar una documentación para una actividad de tipo social y después sucede que era para formar un sindicato.
Desde el 1950 hasta la fecha en la Secretaría de Trabajo hay registrados unos 3,600 sindicatos de trabajadores, de los cuales 1,159 están constituidos en empresas privadas, 1,515 en grupos profesionales y gremiales y 759 en diversas áreas denominadas “ramas de actividad”. La cantidad restantes no están agrupados por áreas específicas. Sólo se incluyen en la Secretaría de Trabajo los grupos de trabajadores que son asalariados de alguna empresa.
Revista (A)HORA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario