El 16 de agosto del año 2000, el entonces saliente presidente Fernández hacía entrega a Hipólito Mejía, en su discurso de toma de posesión, en dicha ocasión, éste recrimina a Fernández diciéndole que haría un gobierno pero “con rostro Humano”. Cuatro año más tarde fue nuevamente aclamado el presidente Fernández, recibiendo al país en un estado calamitoso, producto del hueco financiero dejado por la quiebra de los bancos, deuda que hemos tenido que pagar en el transcurso de los últimos 8 años. En su momento, con todo a su favor, el ex presidente Mejía no supo estar a la altura requerida como mandatario de nuestro país, entre otras cosas debido a su temperamento impulsivo y airoso, temperamento que en más de una ocasión provocaron situaciones tensas con personas particulares y miembros de la prensa. Su intolerancia llego al grado de llegar a manotear a personas y retrotraer expresiones ya mandadas a guardar como la famosa “tránquenlo”.
La oposición no tiene moral cuando, queriéndole hacer daño al gobierno dice, por ejemplo que, en este gobierno se habla mucho de drogas y narcos, obviamente porque se apresan muchos narcotraficantes y se incauta cuantiosa cantidad de droga, contrario a lo que sucedía cuando, sin ninguna razón aparente, asesinaban a los ayudantes civiles del entonces presidente de la República y actual candidato del PRD.
No podemos, como país, volver a hacer el ridículo y pasar por tantas vergüenzas, como en el pasado, cuando el ex presidente Hipólito Mejía salía del país a representar a los dominicanos o recibía a dignatarios de otras naciones. No es por malcriadito, calvo o gordito, sino porque ha dado muestra de que él no cambia, a pesar del esfuerzo que quieren que la gente perciba en algunos spot publicitarios. Además, ha demostrado que es una persona muy terca y la terquedad no se remedia de un día para otro, al contrario empeora con los años.
Sólo Danilo Medina y el PLD garantizan el triunfo al pueblo dominicano, para que el país no retroceda, para que nuestra nación continúe por sendas de desarrollo y progreso, digamos no a la improvisación, no a la intolerancia, si a la honestidad y capacidad probada de Danilo Medina, en más de una ocasión.
Danilo está firmemente convencido que es posible hacer un gobierno que esté más a favor de las grandes mayoría, que iguale más las oportunidades para todos. El Licenciado Medina no está de acuerdo con las exclusiones y ha demostrado en todas las posiciones que ha desempeñado, que es solidario y auspicioso con todos los sectores.
Este 20 de mayo, el país tendrá la oportunidad de escoger entre el desorden y la improvisación o la seguridad y el progreso, entre la anarquía y la intolerancia o la capacidad y el desarrollo. Ahora es el tiempo de Danilo, es el tiempo del mejor cambio por un futuro más prometedor para todos.
Autor: Ebert Gómez Guillermo
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