Frase del escritor español Francisco de Quevedo, y viene a cuento ante tantas promesas de campaña del ex presidente Hipólito Mejía, cuyos estrategas apuestan a la supuesta mala memoria de los dominicanos y al olvido de los pésimos resultados de su gobierno.
Hipólito Mejía promete otorgar 4% del PIB para educación; sin embargo cuando fue Presidente redujo desde el 2.5% al 1.3% del PIB. En la actualidad se ha elevado al 3% del PIB; pero caben las preguntas: ¿Dónde están las aulas construidas
o las extensiones de la UASD? ¿Las inversiones en informática para
reducir la brecha digital? ¿Los millares de jóvenes becados al exterior
como en este gobierno?
El candidato habla de gasto social y de seguridad social, pero cuando tuvo la oportunidad redujo el gasto en salud de 1.8% al 1.2% del PIB; la asistencia social de 1.1% a 0.3% del PIB. En la actualidad esos componentes se encuentran en 1.8% y 0.8% respectivamente. La Ley de Seguridad Social se aprobó en 2001 y
apenas lograron afiliar al régimen subsidiado 45,607, mientras en la
presente administración supera los dos millones que reciben servicios
satisfactorios por parte de Senasa. Este gobierno ha sembrado el país de hospitales y remodelados los más importantes. ¿Qué hizo Hipólito Mejía en materia de planta hospitalaria?
En adición a todo lo anterior este gobierno, a través de
Promese, brinda a los más pobres un extenso catálogo de medicamentos a
bajísimo costo en sus 443 farmacias populares, así como programas de
medicinas gratuitas a niños prematuros, enfermos terminales de cáncer y kits para hemodiálisis.
El candidato habla de entregar la tarjeta “la morena”, y en medio de la peor crisis financiera en la historia del
país fue incapaz de crear mecanismos para proteger a los más
vulnerables; mientras en este gobierno 700 mil familias se benefician del programa Solidaridad.
Promete estabilidad y empleos, pero cuando fue Presidente la inflación acumulada alcanzó el 130.8%,
la tasa de cambio aumentó desde 16.39 a más de 55x1, la tasa de
desempleo se incrementó desde 13.9% a 19.7% (se perdieron 232 mil
puestos de trabajo), los pobres aumentaron de 27.2% a 43.1% y los indigentes de 8.8% a 15.3%. Nunca se había creado tanta pobreza en tan poco tiempo.
Hipólito Mejía promete acabar con las elevadas nóminas, pero resulta que en su administración el gasto en sueldos y salarios alcanzó el 6.3% del PIB, mientras en este gobierno del PLD fue de 3.8% en 2011 y en el presupuesto para este año equivalente al 3.7% del PIB.
El candidato promete que va a enfrentar la criminalidad,
sin embargo en su administración aumentó desde 14.6 homicidios por cien
mil habitantes (1,210 muertes) hasta 25.2 homicidios por cien mil
habitantes (2,239) y en la actualidad sigue siendo alto, pero se ha reducido a 23 por cada 100 mil.
Habla también de enfrentar el narco y sutilmente intenta vincular a este gobierno, que lleva un récord en materia de incautar alijos y someter narcotraficantes; sin embargo, en su administración Quirino operó a sus anchas, fueron asesinados varios “ayudantes del Presidente” vinculados al crimen organizado, se produjo un crecimiento exponencial de la actividad y en esta campaña electoral se detectaron tres movimientos de apoyo a su candidatura ligados al narco.
Un candidato que promete mucho pero hizo muy poco; mientras del otro lado, el candidato del cambio seguro, con un discurso de propuestas, una obra de gobierno y la unidad monolítica del PLD, aliados y el formidable sector externo. No es accidental que en todas las encuestas Danilo Medina crece sostenidamente, mientras Hipólito Mejía sigue en picada en las simpatías.
Ramón Núñez RamírezPerspectiva ciudadana.
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