Ahora -y para colmo, después de la Penn & Shoen- vocifera un furibundo pepehachista mediático que la única forma de Miguel Vargas reivindicarse es organizando “... un acto masivo en la cabeza del puente de la 17, donde lo hacía Peña Gómez, para anunciar su respaldo irrestricto a Hipólito”. Pero en el mismo escrito de marras, agrega este delirio: “Todas las encuestas, incluyendo las del Gobierno (aunque no lo diga), le dan una cómoda ventaja de 15 puntos –poco más, poco menos- al candidato de la oposición Hipólito Mejía...”. En Centroamérica hay un refrán que le cae como anillo al dedo a este rabioso pepehachista: “Limosnero y con garrote”.
Así como la percepción cambió respecto a cuál candidato cree la gente que ganará en mayo-20 (¡42 a 52!, a favor de Danilo Medina), así también, existe la otra percepción de que el PRD está dividido. De modo que, ese acto reivindicativo -el del puente de la 17-, aunque se dé -que lo dudo- no tendrá ningún efecto en la percepción de la gente, pues, en el PRD actual no hay un solo dirigente, incluyendo al propio Hipólito, que pueda resolver o conjurar el problema interno, ni mucho menos, concitar confianza y simpatía hacia fuera.
Así como la percepción cambió respecto a cuál candidato cree la gente que ganará en mayo-20 (¡42 a 52!, a favor de Danilo Medina), así también, existe la otra percepción de que el PRD está dividido. De modo que, ese acto reivindicativo -el del puente de la 17-, aunque se dé -que lo dudo- no tendrá ningún efecto en la percepción de la gente, pues, en el PRD actual no hay un solo dirigente, incluyendo al propio Hipólito, que pueda resolver o conjurar el problema interno, ni mucho menos, concitar confianza y simpatía hacia fuera.
Ya un sociólogo le sugirió -no dudo que de buena fe- una última salida: cambio de vice (¿?). Semejante pirueta, a estas alturas del juego, y en mi opinión, ni evita la caída ni salva la tripulación. Ello, porque sencillamente, la candidatura de Hipólito y de su PPH, se hundió, o dicho en el lenguaje poético-parcializado de Andrés L Mateo, “se jodió”.
Y no es fácil revertir -a prácticamente tres meses de las elecciones- lo que ya se percibe como una tendencia: el crecimiento indetenible del binomio Danilo-Margarita. Atrás quedo pues: el apoyo inconsciente de los jóvenes (que la propuesta programática de Danilo Medina despertó; pero que también, aquella promesa de Hipólito -el servicio militar obligatorio-, espantó), los días de fama y gloria de un estribillo (“Llegó pa’tras”), y la ventaja -temprana- de estar corriendo solo (marzo-septiembre, 2011). Eso, a Hipólito, se le hizo espuma y triza.
Ahora, de Hipólito Mejía y su PPH, solo aflora su pésimo gobierno (2000-2004) y una cara de derrota, que manda madre.
Autor: Fco. S. Cruz
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