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lunes, 18 de junio de 2012

Danilo Medina


Juany Uribe
No sé por qué, pero intuyo que Danilo Medina, espiritualmente, debe estar en estos momentos debatiéndose entre la satisfacción de haber obtenido la Presidencia de la República y la certeza de saber que le espera un muy difícil ejercicio gubernamental que deberá enfrentar no solamente con decisión, sino con gran coraje.
Apoyado por el peledeísmo ortodoxo y por segmentos ajenos al partidismo, pero no a la política, Danilo representa para esos sectores una esperanza de recomposición nacional que no debe fallar.
Con un país estremecido por la inseguridad, la violencia, la corrupción, la lenidad judicial, el narcotráfico y la impunidad, sin educación, sin tradiciones culturales, con los valores invertidos y  falta de institucionalidad, Danilo Medina necesitará el concurso no solamente de sus mejores compañeros de Partido, sino de los ciudadanos de verdadera buena voluntad para tratar de emprender la ingente tarea de darle forma a esta masa anárquica en que hemos degenerado los dominicanos, acostumbrados desde hace tiempo a crecer en el desorden y el irrespeto.
Con tal situación a lo interno, sin olvidar que a lo externo existen numerosos factores que no se deben ignorar y que también nos afectan directamente, Danilo Medina necesita, en este corto tramo de los dos meses que faltan para la toma de posesión,  que no se  pongan trabas a un camino que está ya lo suficientemente empedrado.
Danilo Medina necesita que se le libre de presiones, tener tranquilidad  para  estructurar no solo lo que será su gabinete, sino también para definir su accionar sobre grandes temas, como son la política migratoria, y para observar el funcionamiento y accionar de ciertas “altas” instituciones que deben funcionar con  irrestricto apego a lo que establece la Constitución y sin exponerse a la desconfianza nacional y a cuestionamientos.
Danilo Medina necesita preparar un discurso histórico para su toma de posesión, una pieza que responda a las expectativas de un pueblo desprotegido, que clama por seguridad, por respeto, por justicia social, por orden, por paz, por seguridad, por prosperidad y por cumplimiento de las leyes.
Danilo Medina  necesita las manos libres para demostrar que, como expresaba en su campaña, lo que quiere es construir un sueño, el sueño que necesitamos, que esperamos y que merecemos absolutamente todos los dominicanos.

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