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jueves, 21 de junio de 2012

Hipólito, Amable, Tito y Sued pueden formar un partido


FUERA DE CÁMARA

César Medina 

Ahora que los reformistas no quieren ver ni en pintura a los disidentes, y después del fallo del Tribunal Superior Electoral confirmando a Miguel Vargas en la presidencia del PRD, Amable Aristy, José Enrique Sued, Rodríguez Pimentel y Tito Hernández podrían juntarse con Hipólito Mejía y convertir formalmente al PPH en un partido político.
Se supone que como “líder de la oposición” Hipólito y sus nuevos aliados arrastrarían consigo a más de dos millones de dominicanos que votaron por él en las pasadas elecciones, y de paso se lleva también “a lo más sano” del balaguerismo histórico, como le llamó en la pasada campaña electoral.
Al PRD lo dejaría en los huesos, porque se llevaría las masas, y del PRSC sólo quedaría el recuerdo de su líder Joaquín Balaguer.
De paso el PPH se llevaría a los “viejos robles” del perredeísmo: Ivelisse, Hugo, Esquea, Milagros, Alburquerque... fortalecido con jóvenes como Tony Raful, Tonty Rutinel, César Sánchez, Andrés Bautista, Pacheco, Guido, Fafa...
También contaría el PPH en este gran esfuerzo patriótico con lo más granado de la juventud reformista: Juan Luis Séliman y su esposa Sergia Elena, Bretón, Amézquita, Ángel Acosta, los muchachos de San Cristóbal, en especial Manuel y Rafo Hernández ñhermanos menores de Titoñ, y así podría irse el gran líder Hipólito Mejía pueblo por pueblo integrando a lo más sano de la sociedad dominicana en su extraordinario proyecto de nación.
Compondrían un fabuloso comité político de no más de 17 miembros, para no hipertrofiarlo: Hipólito, Ivelisse, Amable, Hugo, José Enrique, Milagros, Tito, Pacheco, Rodríguez Pimentel, Rutinel, Amézquita, Raful, Bretón, Fafa, Séliman, Guido y Sergia Elena.
Porque algo tendrá que hacer a partir de ahora tanta gente ociosa que ha vivido siempre alrededor de los partidos políticos y que en lo adelante no podrán retornar, en el caso de los reformistas, ni seguir usurpando las siglas del PRD, en el caso de los pepehachistas.


Amable y José Enrique

Amable Aristy y José Enrique Sued tendrán primero que resolver sus problemas con Hotoniel Bonilla, el de la “lucha contra la corrupción”.
A José Enrique lo citaron y tuvo que comparecer el martes a explicar los resultados de una auditoría de la Cámara de Cuentas a los últimos tres años de su gestión como síndico de Santiago, donde aparecen unos 600 millones de pesos dizque usados caprichosamente y sin ninguna justificación.
Él dice que eso no es más que pura retaliación política porque apoyó a Hipólito en las elecciones, “justo cuando están levantando vuelo las palomas”. Se entiende que quiso decir “al echarse las palomas”, en referencia a un gobierno que termina. A menos que estuviera hablando de otra paloma en vuelo.
Y Amable ya es otra cosa. Amable tiene dos auditorías pendientes de explicación en la Cámara de Cuentas, que se hicieron a su gestión como secretario general de la Liga Municipal Dominicana.
Ya Bonilla anunció que también será citado por el Departamento contra la Corrupción. Pero no dijo cuándo. Él también ha dicho que esto no es más que una patraña del gobierno en represalia por haber apoyado al PRD en las elecciones del 20 de mayo.


...Y sin partido

La situación se complica ahora para Amable Aristy y José Enrique Sued porque no tienen el apoyo de ningún partido político. El Reformista no los quiere ni cerca, y el PRD ahora mismo no es capaz de solucionar ni siquiera sus problemas más agobiantes y urgentes que provienen de su división interna.
Contra Amable y José Enrique también conspira el tiempo, al igual que contra Hipólito Mejía y su grupo en el PRD.
En la medida en que se disipa el ruido electoral y va quedando atrás la resaca de la derrota, se va despejando el panorama y se percibe un total agotamiento de la gente con los políticos y con los partidos.
Incluso entre los propios perredeístas se nota el cansancio de una larga jornada política que se inició con la lucha interna por la nominación presidencial hace más de dos años y siguió después del 20 de mayo con la negativa a aceptar la derrota y luego con la pugna interna que no acaba de solucionarse.

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