20/12/2011
En tiempos de grandes transformaciones sociales y culturales -en todo el planeta- las condiciones de vida de la población más vulnerable se tornan cada día más difíciles. La privatización de los servicios públicos y el notable agotamiento de las reservas naturales, por ejemplo, permiten llegar a una fácil conclusión. Los sistemas democráticos han sido impactados por los ecos de la privatización de la cosa pública y los aires especulativos de la globalización neoliberal. El nivel de deterioro en la relación gobierno- sociedad y la falta de confianza entre los diversos actores del sistema tradicional de partidos indica felizmente una pronta solución colectiva. En República Dominicana, por ejemplo, dos sociedades co- habitan en una atmosfera igualmente excluidas.
Una sociedad inmensamente rica, poderosa. La otra sociedad inmensamente pobre, acosada por la falta de oportunidades y la impunidad. El modelo económico al que se hace referencia a diario en las portadas de los periódicos de la clase dominante auguran al 2012, según el Ministerio de Economía: .".Restricciones económicas internas dada la posible situación de recesión en Europa y la devaluación del dólar que impactara en la región latinoamericana"..
Se refiere a la posible disminución de las remesas. De todos modos, la crisis económica global existente en los diversos estratos de la nación impactara socialmente- ya lo hace rudamente- en las estructuras políticas nacionales forzando incertidumbre y por supuesto, la aparición de nuevos actores. Sumadas las deudas sociales acumuladas, la realidad material y psíquica de la población, se expresara al 2012.
Eso es lo que llaman los propagandistas de las campanas políticas: "Percepción". Pero están equivocados. El único camino posible es el de que la sociedad dominicana se asuma a sí misma y tome el camino de la estabilidad como bandera de lucha y defensa de lo alcanzado hasta ahora. Si la burguesía urbano-rural observa falta de compromiso de parte de las ofertas electorales reaccionara con cautela y abstención.
Pero, si por el contrario, la campana electoral por la Presidencia de la República toma un giro de participación popular aun más amplio es probable que los movimientos independientes asuman el conservadurismo de la continuidad. Pero, si por equivocación o falta de pericia en el camino, o por cualquier otra razón, la desidia hace sordos a las elites, una vez más, República Dominicana caería en riesgo.
Y ese riesgo lo representa la devaluación de la moneda y la perdida del reconocimiento de la recuperación macroeconómica de parte de los sistemas crediticios internacionales de intermediación de capitales y mercados en un mundo global. Lo que esta en juego son dos maneras distintas de ver el mundo desde una perspectiva de elección para las minorías y sus derechos humanos y políticos. Que otra opción realmente existe, por ahora, que no sea la estabilidad en un mundo convulso lleno de incertidumbres?
Autor: Juan Carlos Espinal Elnuevo Diario.
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