El periodismo que no agrada a Hipólito Mejía;;;;;
“El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve”. - Antonio Machado.
Llegó con un séquito impresionante. Pero cuando pasó a la sala de conferencias, solamente debieron ingresar junto con él, unas ocho o diez personas, afuera en el recibidor y el pasillo de el diario LAPRENSA, no alcanzaron las sillas y todas esas personas debieron esperar a que el presidente Hipólito Mejía sea entrevistado por un grupo de periodistas en la tradicional mesa redonda que este periódico suele realizar con los personajes. Nadie imaginaba que esa reunión se convertiría, en un "toma y daca" de por lo menos una hora, y que el mandatario dominicano no podrá olvidar fácilmente.
No había pasado algo así en la redacción de el diario, desde que llegó hace varios años ya, la supuesta hija de Fidel Castro, Alina Fernández quien creyó encontraría en este periódico de Nueva York una caja de resonancia para los insultos contra Cuba y Fidel Castro. No se esperó que en esta casa habían periodistas de todas las tiendas políticas. Por eso perdió los papeles cuando llegaron las preguntas incómodas sobre su modus vivendi y su conocimiento sobre la política internacional.Llegó con un séquito impresionante. Pero cuando pasó a la sala de conferencias, solamente debieron ingresar junto con él, unas ocho o diez personas, afuera en el recibidor y el pasillo de el diario LAPRENSA, no alcanzaron las sillas y todas esas personas debieron esperar a que el presidente Hipólito Mejía sea entrevistado por un grupo de periodistas en la tradicional mesa redonda que este periódico suele realizar con los personajes. Nadie imaginaba que esa reunión se convertiría, en un "toma y daca" de por lo menos una hora, y que el mandatario dominicano no podrá olvidar fácilmente.
Sin hacer molestas comparaciones, es de suponer que algo así esperaba Hipólito Mejía: Periodistas dóciles, sonrientes, con las preguntas típicas sobre el propósito de su visita, ligeras hasta el ridículo y que al final lucen como un publi reportaje. No esperaba la contrapregunta, el análisis, el conocimiento, la discusión y el desacuerdo como debe ser en cualquier periódico que se precie de serlo. Entonces empezó con la respuesta malcriada, bocona, agresiva, pidiendo nombre y nacionalidad de los hombres de prensa, tuteándoles como si estos fueran niños, pero lo peor inventándose cifras y respuestas. Estoy más que segura que esa entrevista, que fue grabada para la televisión dominicana ha sido archivada bajo cien llaves.
Es un hombre elegante y de apariencia interesante, de fácil sonrisa. Valiente cuando se ríe de su atractiva calvicie. Podría valer más, pero la sensibilidad social no es una postura y Mejía carece de ella totalmente. “ ¿Tu vas a saber más que yo, que soy el presidente?”, le dijo en algún momento al periodista que le hablaba sobre el precio de la canasta familiar en la República Dominicana. Parece que olvidó Rafael Hipólito Mejía que cualquier simple ciudadano siente y sabe más sobre el alza diaria de los alimentos, sobre la crisis en todos los sectores. ¿Alguna vez, algún dominicano vio en el mercadillo del barrio comprando pan y leche a Hipólito Mejía?.
Por las repuestas que dio, él vive en una burbuja y todo el pueblo en una terrible realidad, mientras los precios suben y el poder adquisitivo de la población está bajando. De acuerdo a las estadísticas de las Naciones Unidas, la desocupación en en el país ya superó el 30 por ciento, un 60 por ciento de la población está semi-desocupada, y solamente un 10 por ciento tiene el trabajo adecuado. La tercera parte de los dominicanos vive en la pobreza. Un millón subsisten gracias a las remesas que reciben de sus parientes, hijos, hermanos etc. que tuvieron que irse a los EE.UU. huyendo de la miseria. En total las remesas de los dominicanos a su país llegan casi a dos mil millones de dólares al año mientras que la ganancia oficial del estado es de unos 3 mil millones de dólares. Sin embargo, para el presidente Rafael Hipólito Mejía todo marcha bien en su país.
La imagen que proyectó en este periódico, es la de un mandatario rodeado de asesores, que siempre le deben dar los datos que complazcan a sus oídos. Se le preguntó directamente, y casi salta de la silla. “Por todos los datos y cifras que nos acaba de dar Ud. pareciera que su país es un paraíso, donde todos los problemas han sido resueltos por Ud. ¿Hay algo, por mínimo que sea, que haya hecho Ud. mal, algo por corregir?. "Nada" , fue la respuesta arrogante.
Negó todo, hasta lo evidente, como aquello de que en la República Dominicana hayan estado entrenando los ex Tonton Macoutes haitianos, que luego derrocaron al ex presidente Jean Bertrand Aristide. Lo dijo de tal manera como si no supiera de las declaraciones del líder de los sublevados Guy Phillippe que agradeció a los dominicanos por tener la posibilidad de prepararse a la sublevación sin ser molestados por las autoridades. “Si Aristide me hubiera pedido asilo político, yo se lo hubiera dado”, dijo cínicamente, borrando por completo de su memoria el pedido que le hiciera el ex presidente de Haití de poner en orden los Tonton Macoutes que residían en la República Dominicana.
Fue largo e insoportable hacerle soltar prenda, pero realmente es risible su explicación sobre la pobreza y la crisis en su país. Dijo que todo se originaba “a raíz de los gemelos”, se refería al ataque de las Torres Gemelas y el Pentágono en Nueva York en setiembre del 2001. Parece que sus asesores no le explicaron que la actual crisis económica comenzó 2 años antes de los atentados en Nueva York y era el resultado del modelo neoliberal que abrazó alegremente el estado dominicano. Eso también le preguntó esta columnista y su respuesta sobre el neoliberalismo fue ¡¡¡tratar de hablar sobre Haya de la Torre, el líder aprista peruano!!!
Cuando se le insistió y se le pidió no salirse del tema, admitió que en partes, la crisis es por el modelo neoliberal pero también la justificó diciendo que es por "la presencia de un millón de haitianos” en su país.
En medio de su embrollo admitió que la industria del turismo está en auge aunque no hacía minutos que sostuvo que a raíz de los gemelos todo había caí do. Total, no se podía hablar con Hipólito Mejía quien a todas claras, más que el bienestar de su pueblo y sobre todas las cosas, ama el poder, y por eso no le interesa hacer el ridículo, incluso ofrecer miles de viviendas para los dominicanos que regresen, premiar a los que le ayuden a entornillarse a la silla presidencial, aunque después no cumpla nada.
El presidente Mejía pertenece al grupo cada vez más numeroso de los presidentes latinoamericanos que son de agrado del departamento de estado norteamericano. Hacen todo lo que les susurra al oído algún funcionario de segunda. Con él la República Dominicana renunció prácticamente a todos sus derechos soberanos. Los militares de elite, por supuesto anti-subversivos, son entrenados por las fuerzas especiales norteamericanas. Los militares estadounidenses pueden entrar en el país sin ningún tipo de documentación ni control trayendo todo el tipo de armamento que desean. Para complacer más a sus amos, este estadista ilustre decidió inclusive mandar sus militares a Irak. Cuando le pidieron ayudar a la oposición venezolana, se presto inmediatamente, olvidando que el 70 por ciento de petróleo que consume su país proviene no de Norteamérica sino de Venezuela cuyo presidente legítimo Hugo Chávez firmó el decreto estableciendo el precio más bajo para los países caribeños.
Tambíen Hipólito Mejía fue uno de los primeros condenando a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, esperando que su país sea incluido en la lista norteaméricana llamada “EL Desafío del Siglo”, cuyos beneficiarios recibirían un premio por su obediencia de 54 millones de dólares. Pero parece que fue un poco lento Rafael Hipólito Mejía Domínguez en pronunciarse o sus asesores se quedaron dormidos, en fin ya era tarde, la lista de los candidatos al premio de obediencia se agotó con una velocidad increíble porque hay presidentes que inclusive superan a este "estadista" en su deseo a complacer al más fuerte y poderoso.
Con presidentes así para que necesita enemigos la República Dominicana.
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