Leonel Fernández llegó ayer a Madrid, en la primera parada de su viaje de despedida como Presidente de la República por Europa. De aquí continuará el miércoles a Roma, luego a Londres y finalmente a Bruselas, Bélgica.
Será un viaje realmente agotador, con una agenda tan apretada que tal vez ni siquiera le permita darse su mayor placer: Visitar las librerías y ponerse al día con el mundo literario y editorial europeo.
Sólo en el día de hoy, tiene aquí en Madrid once actividades desde las primeras horas de la mañana hasta muy entrada la noche.
Debido al cambio de horario –una diferencia de seis horas adelantando el reloj–, es seguro que cuando los dominicanos estén leyendo esta columna hará rato que Leonel se haya reunido con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, quien gustoso, en cuestión de horas, habilitó espacio en su apretada agenda para recibir al mandatario dominicano horas después de que personalmente solicitase la cita por la vía diplomática.
Y cuando en nuestro país sean las 12:00 del mediodía, a las 18 horas de España –6:00 de la tarde–, Leonel Fernández estará reunido con Su Majestad el Rey, en el Palacio de la Zarzuela, en audiencia que con mucho placer concedió don Juan Carlos al jefe del Estado dominicano, a quien definió como “mi querido amigo Leonel”, un día después de solicitarla oficialmente la Embajada, cuando normalmente semejante gestión se anticipa hasta con meses debido a la cargada agenda y a los muchos compromisos oficiales del Rey.
Ayer, en cuanto pisó suelo español, el mandatario dominicano recibió comisiones de diversos sectores que han querido despedirlo después de ocho años de trato permanente y personalizado, en particular empresarios de diversas áreas que encontraron en nuestro país terreno fértil para sus inversiones y que en algunos casos fueron estimulados personalmente por el propio jefe de Estado en las diversas visitas que realizó a España.
Anoche celebró indistintamente dos amenas reuniones de alto contenido político. Primero, con José María Aznar, ocho años presidente del Gobierno de España por el Partido Popular, y con el sucesor de éste en el poder, también por ocho años presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, quien gobernó hasta el pasado diciembre.
Feo decirlo, pero verdad
Decirlo un embajador luce feo y habrá quienes lo consideren ridículo y risible. Pero el chantaje emocional no debe jamás acallar la verdad. Leonel Fernández es un hombre en extremo admirado por la comunidad política internacional y en particular en la llamada Zona Euro. El liderazgo político europeo conoce de su talento e iniciativa. Y la mayoría de los líderes de los partidos, sin importar orientación ideológica, lo tratan con distinción.
En España, por ejemplo, lo mismo lo aprecian y distinguen los socialistas como los populares. En la noche de hoy le invitaron a cenar Felipe González, Aznar y Rodríguez Zapatero, y como su agenda es tan complicada por los pocos días que pasará en Madrid, tuvo que compartir el tiempo en tres reuniones visitando las oficinas de los dos últimos. Con su amigo Felipe González se reunirá la próxima semana en su escala técnica de regreso al país.
Cuando hace dos meses Leonel tuvo que cancelar la visita que realiza ahora por lo agitada que en aquel momento se puso la campaña electoral en nuestro país, el propio presidente Rajoy me identificó en un acto en la sede de la Segib y en presencia de los demás embajadores hispanoamericanos me preguntó: ¿Qué ha pasado con Leonel, que suspendió la visita...? Dile que me quedé con el deseo de darle un fuerte abrazo y despedirlo.
Que no se vaya del gobierno sin venir a España...” De ahí la respuesta tan rápida a esta nueva solicitud de audiencia.
Con Su Majestad el Rey, lo mismo. La distinción es notoria.
Sin tratarse de una visita oficial, don Juan Carlos dispuso que una limosina real esté al servicio de Leonel, algo que me consta no ocurre jamás, salvo en invitaciones de Estado a un Presidente amigo, que no es el caso. En la visita de esta tarde no podrá estar la Reina por hallarse fuera de España en compromisos oficiales, y el pasado viernes me llamó su director de Protocolo para adelantar las excusas de la familia real ante lo que entiende es una contrariedad protocolar para Zarzuela porque Leonel anda acompañado de su esposa Margarita.
La deferencia conque es tratado el Presidente dominicano ha llamado la atención del personal de protocolo tanto de la Casa del Rey como de Moncloa, sede del ejecutivo español.
Esta visita es manejada con mucha delicadeza, cuidando cada detalle. Y eso de por sí constituye una gran distinción para cualquier presidente en visita circunstancial, no oficial.
Porque con los asuntos diplomáticos España y su monarquía siguen rigurosamente las normas, sin salirse del librito: Un Presidente de paso, es un Presidente de paso.
Y este, lo aseguro, no ha sido el caso.
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